martes, 2 de abril de 2013

Feliz lunes de pascua

La Pascua es una fiesta de las más religiosas junto a la Navidad, y me aporta siempre cierta ternura. De pequeños para Pascua siempre teníamos dos cestas pascueras, una que preparaba mi madre y daba a los ahijados, y ya de paso a los sobrinos y a los hijos (no iba a discriminar a nadie, jejeje) y otra que recibíamos de mi tía. Todos los años lo mismo, la mona (un bollo con un huevo cocido de gallina en medio,), un zumo (piña, plátano o naranja...uf si te tocaba el de naranja, qué malo estaba!), un plátano, una chocolatina y la longaniza de Pascua....pero además es que mi tío, mi tío....nos hacía un catxirulo!  una especie de cometa casera, la más bonita del mundo! siempre nos la personalizaba y decoraba para cada sobrino. Estaba hecha de la manera más artesanal posible, con cañas recogidas del campo, papel de seda y gomets (pegatinas redonditas de colores) y por ese ritual, la cometa que teníamos cada uno era única y exclusiva.
Para el año próximo tendré que empezar tradición, y haré lo que hacían conmigo mis tíos y mis padres, hacer que la pascua sea muy especial para mi sobrino.
De momento a lo que me he animado es a ir practicando deco sobre huevos, que me ha parecido dificilísima. Y probé con esta idea del blog de mi amiga bio.
Espero que hayáis tenido una buena Pascua, con este cambio horario ahora los días serán más largos y espero sacar horas de creatividad por todas partes.









De paso os cuento la historia de los huevos de Pascua que me ha parecido muy curiosa:
La tradición de los “huevos de Pascua”
El origen de esta costumbre viene de los antiguos egipcios, quienes acostumbraban regalarse en ocasiones especiales, huevos decorados por ellos mismos. Los decoraban con pinturas que sacaban de las plantas y el mejor regalo era el huevo que estuviera mejor pintado. Ellos los ponían como adornos en sus casas.
Cuando Jesús se fue al cielo después de resucitar, los primeros cristianos fijaron una época del año, la Cuaresma, cuarenta días antes de la fiesta de Pascua, en la que todos los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su alma. Uno de estos sacrificios era no comer huevo durante la Cuaresma. Entonces, el día de Pascua, salían de sus casas con canastas de huevos para regalar a los demás cristianos. Todos se ponían muy contentos, pues con los huevos recordaban que estaban festejando la Pascua, la Resurrección de Jesús.
Uno de estos primeros cristianos se acordó un día de Pascua de lo que hacían los egipcios y se le ocurrió pintar los huevos que iba a regalar. A los demás cristianos les encantó la idea y la imitaron. Desde entonces, se regalan huevos de colores en Pascua para recordar que Jesús resucitó.
Poco a poco, otros cristianos tuvieron nuevas ideas, como hacer huevos de chocolate y de dulce para regalar en Pascua. Son esos los que regalamos hoy en día.

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